Los biocarburantes de 2ª generación
Todavía no hemos logrado introducir los biocarburantes actuales en el mercado y ya todo el mundo habla de los siguientes, de los de segunda generación (2G).
Sin saber muy bien ni de qué estamos hablando, una cosa sí tenemos clara, queremos que sean mejores.
Los biocarburantes que actualmente se producen no satisfacen todos nuestros requerimientos y eso nos obliga a pensar en una nueva remesa de biocarburantes.
Esto no quiere decir que los de 1ª generación no deban utilizarse. Por supuesto que sí, porque gracias a ellos se está abriendo el mercado. No podemos esperar a arrancar hasta que estén disponibles los siguientes, porque de hacer esto, nunca se producirán. Al no haber mercado, nadie invertirá en su investigación y desarrollo, y en cualquier caso, llegado el momento de su utilización, tomaríamos nuevamente la decisión de esperar a tener unos mejores, los de tercera generación. En definitiva, nunca arrancaríamos.
Pero, ¿qué son los biocarburantes de 2ª generación?. La realidad es que no existe una definición oficial, por lo que me voy a permitir el dar mi propia definición.
Como he indicado antes, los biocarburantes 2G deben cumplir los condicionantes que poco a poco vamos añadiendo a su utilización y que son resultado de las carencias o preocupaciones detectadas durante la utilización y producción de los biocarburantes actuales.
Yo diría que hay dos grandes preocupaciones asociadas al uso de los biocarburantes. La primera, si son realmente sostenibles, y la segunda, si su producción va a distorsionar el mercado alimenticio.
La sostenibilidad no se garantiza con ser de una u otra generación, se garantiza controlando todo el ciclo productivo (incluyendo el proceso de cultivo, el transporte, el proceso industrial, etc.). Precisamente en este punto es donde pone más énfasis la nueva Directiva de Energías Renovables presentada por la Comisión Europea la semana pasada.
Por tanto, la sostenibilidad no nos sirve para distinguir los biocarburantes actuales de los de 2G. De hecho, contamos con biocarburantes de primera generación que a buen seguro, competirán con los de 2G en este aspecto.
En cuanto a la segunda preocupación, la competencia de los biocarburantes con los productos de alimentación, aquí sí que los biocarburantes de 2G deben marcar una diferencia, pues no se puede llegar a los objetivos planteados para el año 2020 con producciones a partir de cereales u oleaginosas comestibles. Deberemos empezar a utilizar materias primas no comestibles.
Ya tenemos pues la primera definición, pero vamos a terminar de completarla.
Los biocarburantes 2G serán aquellos que:
- se produzcan a partir de materias primas que no compitan en el sector alimenticio (lignocelulosa de la madera o de cultivos herbáceos, algas, residuos forestales, etc.) y que además tengan un mayor rendimiento agrícola por hectárea;
- utilicen un proceso industrial nuevo y más eficiente desde el punto de vista energético y medioambiental (procesos de gasificación de biomasa y posterior reacción de Fischer-Trops, DME, etc.);
- o bien, se trate de un nuevo biocarburante con propiedades más próximas a las de los carburantes convencionales (biobutanol).
En próximos artículos intentaré detallar algunas de estas alternativas de futuro.
Por último, me gustaría recomendar la lectura del artículo que sobre este mismo tema, escribe Alex Fernández Muerza en la revista Consumer:
Biocombustibles de segunda generación