La pasada semana tuve la oportunidad de asistir a la presentación de la nueva gama BioPower que la marca sueca SAAB realizó en el municipio vizcaíno de Larrabetzu ante la prensa especializada. Por invitación de SAAB realicé una breve presentación del Programa Ecomovil y más concretamente, de la apuesta de EVE y del Gobierno Vasco por el bioetanol, apuesta que ha permitido a Euskadi ser referente a nivel estatal en este tema, al ser la única región donde ya se cuenta con estaciones de servicio que dispensan bioetanol en diferentes mezclas (e5, e10 y e85).
Tras la presentación fueron varios los periodistas que se interesaron por nuestras actuaciones y de entre las preguntas que surgieron, hubo dos que me dejaron un poco descolocado, pues no era a mí a quién correspondía responderlas. Éstas fueron: ¿por qué no hay estaciones de servicio con bioetanol en otras regiones del Estado? y ¿por qué el Gobierno Central no apoyaba el bioetanol?.
A fin de buscar la posible respuesta a estas preguntas, voy a reflexionar un momento sobre el proceso seguido por EVE.
Al comienzo de este camino, hace ya casi dos años, cuando nos dirigíamos a los propietarios de estaciones de servicio tratando de convencerles para que incluyeran el e85 entre sus productos, su respuesta era siempre la misma: ¿para qué vamos a realizar una inversión en algo que no va a poder venderse por no haber vehículos preparados para su utilización?.
No les faltaba razón, así que tratamos de solucionar este problema atacando dos frentes al mismo tiempo. Primero, convencimos a varias instituciones para que adquirieran el compromiso de ir sustituyendo sus vehículos por vehículos flexibles (capaces de funcionar con mezclas gasolina-etanol desde el e0 hasta el e85); y posteriormente, establecimos un programa de apoyo a las estaciones de servicio que realizaran reformas encaminadas a poder ofrecer el e85.
Desgraciadamente, no fue suficiente. Los propietarios de las estaciones de servicio veían que iban a tener en sus tanques un producto con muy baja rotación y con una alta volatilidad, lo que implicaba costes financieros que no estaban dispuestos a asumir. El tema de la volatilidad se solucionó rápidamente al mostrarles la curva de presión de vapor que deja patente el hecho de que el e85 es menos volátil que la gasolina.
Sin embargo, la baja rotación del tanque era realmente una circunstancia difícil de solucionar pues las flotas institucionales no hacían suficiente masa crítica, y no la iban a hacer hasta después de varios años.
Creo que fuimos ingeniosos a la hora de solucionar este problema pues lo que hicimos fue incrementar la velocidad de rotación del tanque mediante la incorporación de dos nuevas mezclas, el e5 y el e10 (utilizables por los vehículos de gasolina convencionales), obtenidas a partir de la mezcla del e85 y de la gasolina de 95 octanos.
Hay que decir, que tuvimos la suerte de que poco antes se aprobara el Real Decreto 774/2006, de 23 de junio, por el que se modifica el Reglamento de los Impuestos Especiales, que en su artículo 108 bis, incluyó la posibilidad de realizar mezclas de biocarburantes en establecimientos de venta e instalaciones de consumo final.
Unos meses antes, la empresa Dresser-Wayne había homologado un surtidor mezclador que nos permitía resolver el problema técnico de cómo realizar la mezcla.
Aprovechando estas circunstancias, la solución adoptada en las tres estaciones de servicio ya operativas y en las que próximamente se incorporarán a la red de biogasolineras, fue la incorporación de un tanque que alberga e85 y uno o varios surtidores mezcladores (o surtidores flexibles), capaces de dispensar tres mezclas distintas con una misma manguera, realizando la mezcla en el propio surtidor mediante la programación adecuada del mismo.
Posteriormente, y tratando de facilitar aún más la incorporación de estos surtidores, se incluyó este aparato en el listado vasco de tecnologías limpias, lo que permite a quien lo instala, deducirse hasta un 30% de su coste en el Impuesto de Sociedades. Evidentemente, esto es además de la ayuda que EVE presta y que ya he mencionado anteriormente.
Por tanto, la razón de que no haya todavía estaciones de servicio con bioetanol en otras zonas, aunque no la sé, intuyó que es que iniciaron el proceso más tarde que nosotros y que están tratando de solventar alguna de las barreras mencionadas.
La segunda pregunta de porqué el Gobierno Central no apoya el bioetanol, tiene una respuesta sencilla, porque simplemente no es cierta. Afortunadamente tanto el Congreso de los Diputados como el Gobierno Español están apoyando el bioetanol al mismo nivel que el biodiésel, lo que le está suponiendo buenos quebraderos de cabeza.
Aunque siempre es mejorable, durante los últimos años se han realizado modificaciones legislativas importantes, como la citada anteriormente o la aplicación del tipo 0 en el impuesto especial de hidrocarburos a los biocarburantes, que sin duda, han allanado el camino y han contribuido al desarrollo que estamos viviendo.
No hay más que echar un vistazo a otros países europeos de primera línea como Holanda o Italia, para darse cuenta del camino ya andado aquí y de lo que les queda a ellos por andar.
Lo que no ha hecho el Gobierno Estatal es tratar directamente con las estaciones de servicio, pero quizás es que esto lo debemos hacer desde los gobiernos autonómicos, dejando que ellos se encarguen de marcar unas reglas de juego que faciliten el proceso.
Concluyo convencido de que desde Euskadi se ha iniciado un proceso que sin lugar a dudas tendrá su continuación en el resto del Estado, pues la apuesta europea por los biocarburantes es clara y firme.
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